Como aislar un tejado en un caserío de Euskadi
La técnica del soplado
El origen del caserío
Todos hemos visto esas famosas y entrañables fotos de caseríos vascos como representativas del turismo. Estas construcciones hace mucho tiempo que existen. Los caseríos vascos tienen su origen en una forma de vida comunal característica de Euskadi durante mucho tiempo. Los vecinos compartían la explotación de los bosques, los limpiaban y cada uno tenía asignada una cantidad de leña. La tierra comunal era muy numerosa. De ella se obtenía la castaña y el pan de bellota, comido por los vascos desde tiempo inmemorial. Digamos que las comunidades se agrupaban en torno al caserío.
En este contexto, los caseríos se hicieron primero de madera y con las esquinas de mampuesto y después casi en su totalidad de piedra, siendo su inicio hacia el siglo XIII o XIV, imitando en sus formas a los garaizak u hórreos. En el siglo XV los caseríos tuvieron un boom debido a la exitosa economía del momento.
Actualmente, hay hasta 24 tipos de caserío vasco, 10 de ellos en Bizkaia.
El desván perdido o bajo cubierta
Los caseríos vascos tienen una característica de construcción en sus tejados y es el uso de grandes traviesas de madera para sostener su cubierta, teniendo un espacio diáfano sin habitar entre la cubierta normalmente de madera y el forjado de las habitaciones de su última planta. Esta zona se puede llamar de muchas formas (bajo cubierta, desván perdido, ático, altillo o camarote). La solución es aislar estas zonas en los caseríos debido a que suelen estar siempre en la montaña en zonas normalmente muy sombrías, poco habitadas y sin viviendas cerca.
El soplado en la bajo cubierta de un caserío
La técnica más idónea de todas las que existen es el aislamiento soplado de una capa de aislamiento de gran espesor que evite sobre todo la entrada de frio al interior del caserío en invierno o durante el tiempo que haga frio, manteniendo mucho mejor el calor generado por el uso de chimeneas, caldera o similar.
Y es que el soplado normalmente se hace en tejados, cubiertas o desvanes no habitados, porque que estas zonas de nuestras viviendas son las que más perdidas energéticas tienen de toda la casa , debido a que el aire caliente calefactado tiene menor peso que el aire frio, por lo que asciende hasta la parte más alta de la construcción.
Se distribuye el material aislante a granel y esto hace que se puede aplicar un gran espesor.
Los mejores materiales para aislar el desván de un caserio pueden ser: celulosa isocell, isofloc, fibra de madera, steico zell, lana de roca rockprime o lana mineral insuver.
El soplado que realizamos en EcogreenHome se realiza con una instalación rápida y sin obras ya que siempre existe un acceso desde la vivienda a la bajo-cubierta o desván
¿Vale el soplado para buhardillas habitadas?
La técnica del soplado no se usa en buhardillas habitadas (no tendría sentido), sino que en este supuesto la técnica utilizada es el insuflado o inyectado a granel de material, por ejemplo, celulosa.
Si la buhardilla, es habitable y el lugar de descanso o recreo para la familia, lo primordial es acondicionar de manera correcta ese espacio. Al tratarse de la parte superior de la vivienda, es por donde el calor se escapa al exterior y la entrada de aire frío al interior.
La solución para evitar esa pérdida de energía a través de la buhardilla es la instalación de un aislamiento térmico en el techo lo que nos permitirá rebajar nuestra factura energética y conseguiremos incrementar la eficiencia energética de nuestra vivienda.
Consiste en inyectar aislamiento a granel en la cubierta, repartiendo el material aislante por toda la cámara, obteniendo un sistema de aislamiento sin puentes térmicos que evitara la libre circulación de aire, evitando la entrada de frio o calor, hacia el interior de la buhardilla, reduciendo así las perdidas energéticas.
Si no dispone de cámara de aire, mediante soluciones con placa de yeso laminado podemos crearle una cámara de aire donde insuflar aislamiento